15 de octubre de 2005

ENTRE REALIDADES Y UTOPÍAS, CULTURA Y UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA

Desde la época de la conquista en América Latina nos debatimos entre realidades y utopías. Realidades con lo que nos tocó vivir después de la imposición de una cultura y la negación de la propia, y utopías, tratando de hacer desde la educación, que esta cultura se forje con autonomía, con libertad de pensamiento y de acción, y con equidad para todos. En donde a través de esta educación podamos afianzarnos en lo que somos y contrarrestar la cultura que entra, los modos de vida que nos promete la economía capitalista. La pregunta que surge es, si desde la universidad se puede dar solución a lo que sucede, creemos que de esperanzas se vive, y aunque el panorama es desalentador, nuestra mayor esperanza está depositada en la labor que realizamos como docentes al interior de nuestra universidad. Aunque las cosas no mejoran cada día, parecen empeorar, con los altos costos que posee ahora la universidad para acceder a ella, una de las posibles salidas que se da para que la universidad lleve su conocimiento a la mayor parte de la población, puede darse a través de la extensión, también desde la investigación, aunque son un legado Estadounidense, debemos acercarnos a nuestro contexto, pero de entrada debemos realizar una autoevaluación respecto a los métodos investigativos que estamos utilizando.

Hay muchas causas o factores que se suman a la problemática que vivimos hoy, un gobierno con ideales neoliberales, un conflicto armado interno que acrecenta la angustia y el dolor, con la realidad que nuestro territorio pertenece mas a terceros, problemas a nivel educativo, sociales, económicos, culturales, pero estamos convencidos de que la falta de pertenencia, el poco conocimiento que tenemos de nosotros mismos de nuestra cultura, acrecenta aún mas los problemas. Es aquí donde nos surge la pregunta respecto a nuestro que hacer y de la labor que cumplimos socialmente con el arte, en verdad es esta una salida, de qué manera contribuye el arte en el mejoramiento de la calidad de vida? estamos prestos cultural e idiosincráticamente a admitir que existen otras formas de conocimiento y otros saberes diferentes a los propuestos por la ciencia moderna, al pensamiento propuesto por occidente?, saberes que realmente nos pertenecen torpemente, todavía hoy, ciertas posiciones sobre la ciencia, la tecnología y la cultura, insisten en justificar inconvenientes sorderas ante semejante prudencia; por ello hemos pretendido construir universidad apelando a lógicas que mas bien la niegan. El objetivismo ingenuo, la impaciencia por encontrar significados contundentes y caminos únicos, así como la lógica formal, y una manera particular de entender lo práctico como acción inmediatista y de carácter instrumental, se refuerzan a diario en nuestra academia y continúan signando nuestras percepciones de realidad
[1], pensando que lo nuestro peca por ignorante, cultura, ritos, mitos, leyendas, bebidas curativas, modos propios de hacer e interpretar el mundo que nos quedan y que corre por nuestra sangre, legado de nuestros ancestros. Hoy nos abruma profundamente ver como en nuestra inconciencia, y en nuestro desconocimiento de lo que somos, de la reinterpretación de nuestra historia o del porqué somos híbridos culturalmente se ven subsumidas estas formas propias de contar nuestra historia al mundo, del temor que tenemos en el fondo de decir que desde este lado las cosas son de otro color, que aún vemos a través de los ojos de un jaguar y que el vuelo del águila nos comunica lo por - venir y que aún el agua de manzanillo puede ayudar en las angustias y depresiones, y que a través de lo que percibimos como cuerpo formamos nuestras relaciones, e intercambiamos abrazos y besos con el vecino, y que aún las vecindades se crean porque necesitamos construir conocimiento con el otro y admitir que está ahí y que soy yo mismo como el sacerdote y su ofrenda en la piedra de sacrificio, tuvieron que transcurrir casi 500 años para que se admitiera un poco más, aunque no suficientemente, que el mito es forma particular de explicar el mundo [2] y que el insospechado embrujo protector de la naturaleza y la cultura, al igual que otros marcos interpretativos poco convencionales, constituye perspectiva válida y promisoria para comprendernos y relacionarnos mejor[3]. Todo este conocimiento perdido o subsumido en la profundo de nuestro ser colectivo nos lleva a tornarnos desilusionados, angustiados, pero también nos levanta y nos da fuerza para pensar en lo que somos culturalmente, en nuestras necesidades, y en lo que podemos ofrecer desde la universidad como salida promisoria, ya que nos consideramos mas cerca de la cultura, y desde el conocimiento que poseemos, tratamos de comprender lo que necesitamos, por eso, la universidad en el proceso de búsqueda de su propio horizonte y en su obligada y universal interlocución, debe, entonces, aprender los insospechados códigos de nuevas hermenéuticas [4].

Esto mas que un ensayo es un llamado de atención respecto a lo que nos compromete como educadores, como portadores de voz y de cultura, como productores de nuevas generaciones y sociedades, es menester entonces pensarnos, y repensarnos en nuestro hacer, y del cómo hacer desde cada uno de nuestros saberes de nuestras disciplinas, proposititos, siempre altivos, haciendo frente a este nuevo reto que nos trajo el vivir en este siglo, nos tocó así y con todo el malestar, la violencia y el desasosiego somos latinoamericanos y es desde la guerra, el dolor y la desesperanza desde donde se gestan las nuevas sociedades.
[1] Gutiérrez Ruiz, Elio Fabio (2001) Revista historia de la Educación colombiana, “la universidad colombiana en el siglo XXI tensión entre utopía y realidad”, Nos. 3 y 4
[2] Cassirer, Ernest. (1984) Antropología filosófica México fondo de cultura económica, pp. 45-49

[3] Gutiérrez Ruiz, Elio Fabio (2001), Revista historia de la Educación colombiana, “la universidad colombiana en el siglo XXI tensión entre utopía y realidad” Nos. 3 y 4 pp 185

[4] Ibid, pp 186

2 de septiembre de 2005

FORMACIÓN Y TRANSFORMACIÓN EN LOS LABORATORIOS DE PENSAMIENTO CREATIVO Y EXPERIENCIA PROYECTIVA

Un caso particular hacia la comunicación y la creación con el otro

Debemos comenzar esta reflexión por el lado del lenguaje, preguntándonos sobre la manera como lo utilizamos para comunicarnos efectivamente en la acción docente, y en cuanto a la transformación que debe sufrir nuestro léxico, los términos, con el pasar del tiempo y los nuevos significados que empleamos cuando dicha transformación se da; debemos pensar constantemente en la terminología que utilizamos y en cómo la utilizamos para acercarnos a las personas, en una conversación, para conocer sus procesos, en los espacios de enseñanza en que nos desenvolvemos y aún más en la formación, y en la efectividad de la misma.

Laboratorios de Pensamiento Creativo y Experiencia Proyectiva, es una propuesta que se presenta a manera de taller en el marco de la realización del XI salón regional de artistas región centro occidente. Se presenta como espacio a través del cual se generan nuevas herramientas para la creación social y colectiva desde el arte, se presenta también como espacio de formación y aprendizaje en el campo del arte. Lo particular que se da al interior de este taller, es que la comunidad convocada para hacer parte de este proceso de Apropiación es gente del común, tal vez personas que nunca han tenido contacto con las nociones de arte que conocemos dentro de la academia, y que por el contrario han construido las suyas propias. Estas personas poseen características, o problemáticas de vida muy específicas por ejemplo: personas en condición de desplazamiento, comunidades de estratos uno y dos, tanto niños, jóvenes y adultos confluyen en el mismo espacio. En este proceso de creación colectiva se entrecruzan elementos importantes - hablando en términos de aprendizaje y formación, por tanto de apropiación - entre ellos, percatarnos de que confluyen diferentes saberes y culturas, por ende diferentes tipos de lecturas y significación de lo que allí se pone
en juego, si contemplamos o tenemos en cuenta que se puede construir conocimiento desde los preconceptos o los saberes previos con que llegan y que poseen estas personas.

Para hacer frente a tanta diferencia y además en búsqueda de fines creativos hay que pensar metodológicamente como construir conjuntamente nuevos saberes, términos, nuevos lenguajes en el campo del arte, y mas que esto nuevas nociones. El primer obstáculo para acercarnos como diferencia es el lenguaje, pues es a partir de él que construimos con el otro y nos entendemos efectivamente en nuestras relaciones cotidianas. Es aquí donde nos preguntamos, ¿cómo nos estamos acercando al otro?, ¿cuál es la metodología que estoy utilizando para que los procesos que se llevan a cabo en cuanto a creación con el otro sean efectivos en términos de formación tanto para él como para mi?, ¿cuál es la posición que estoy asumiendo, el que habla, el que escucha, o es con la finalidad de interlocutar?

Debemos poner presente de entrada que en cualquier actividad cotidiana, lo ideal sería estar en actitud constante hacia el aprendizaje y la formación, pues éstos entendidos como procesos constantes en la vida de cada ser humano, se dan en cualquier momento y espacio, respecto a cualquier actividad que realicemos, con esto me refiero a que necesitamos ser formados para amar, para socializar, para construir amistades, para trabajar, en resumen para convivir con otros en sociedad. Y que es una actividad que se da en todo ser humano, para ello entonces debemos ser concientes que en todo proceso de formación, en cualquier campo necesariamente se da entre dos interlocutores, además que es en ambas direcciones, podríamos decir que es bidireccional y en forma horizontal no vertical. Para esto tanto los invitados como los invitantes debemos estar prestos a ser transformados con la experiencia que se presenta en dicho laboratorio.

Para hacer de la formación un proceso verdaderamente transformador, es decir para ir un poco mas allá de la formación básica, debemos entrar a preguntarnos no solo sobre la metodología a utilizar, sino también sobre los objetivos que nos convocan, o que pretendemos con los laboratorios de pensamiento creativo. No debemos olvidar que el encuentro en dicho laboratorio tiene un carácter práctico y de construcción en colectivo o en comunidad siendo los invitantes parte de esa comunidad. Como todas las personas que asistimos a dicha invitación somos diferentes, todos poseemos ritmos diferentes de comprensión, de aprendizaje, diferentes culturas, y por ende diferentes saberes, debemos comenzar por enterarnos desde que punto de vista se está comunicando cada persona, esto se puede lograr en primera medida a través del conocimiento previo (o presentación) de quienes estamos interlocutando, esto con el fin de tratar de hacer la mejor interpretación, o el mejor acercamiento a lo que el otro me está proponiendo, de los comentarios, las ideas que en dicho colectivo transitan, pues si bien “yo comento y tu me escuchas” y viceversa no siempre comprendemos lo que el otro quiere decir, por ello la importancia de saber desde que óptica nos estamos interpretando. Esto es importante para que el proceso de formación y por ende de transformación se dé en cada uno, pues otro de los objetivos que subyacen a todo este proceso es el de la transformación tanto de nosotros mismos, como de la realidad, y para que esto se dé necesito de la diferencia, de la otredad para construir. Para que esto se dé es necesario la voluntad, primero de estar, esto se ve reflejado en la voluntad que tienen estas personas de poner las problemáticas que se viven en cada una de estas comunidades presentes en el laboratorio.

Es claro entonces que dentro de estos procesos el objetivo no está en cambiar modos de pensamiento, ni de enseñar formas de hacer arte, ni de guiar, orientar, ni de formar públicos para el arte, ni de ofrecer herramientas respecto al arte a otros, la finalidad es mas bien la construcción conjunta de todos estos elementos que hemos mencionado. Esto está íntimamente ligado a una responsabilidad individual, que está en la búsqueda y en la formulación constante de preguntas al interior de cada uno para tener claro que de antemano los otros, aquellos que arriban a nuestro barco por invitación nuestra vienen cargados de brújulas, y bitácoras ya construidas y conseguidas por ellos en el camino. Todos venimos cargados de cultura, de saberes, de formas propias de comprensión, de lógicas que no necesariamente son racionales y es de esto de lo que debemos ser concientes antes de comenzar el proceso formativo. Otra pregunta es ¿cómo me transformo antes de tratar de transformar al otro con lo que de parte y parte se ofrece? ¿Qué pretensiones hay más allá dentro de este proceso de laboratorio y experimentación creativa? ¿Cómo trascender dichos laboratorios? ¿Estoy en realidad comprendiendo los procesos del otro, nos estamos comunicando efectivamente?.

Otro factor para reflexionar es ¿cómo estamos utilizando a favor nuestro las situaciones inesperadas e insospechadas que se presentan en el momento de cada encuentro dentro del proceso? Sabemos que una constante metodológica es lo inesperado, pero ¿Qué es sino la vida misma un cúmulo de situaciones que no conocemos ni sabemos de antemano?, ¿cómo estamos haciendo frente a las incertidumbres, y cómo las estamos utilizando? Improvisamos constantemente en nuestras vidas, en cada momento, cada instante que pasa, ¡o se trata simplemente de ser quienes somos, lo que somos! el reto será entonces aprovechar cada momento como dispositivo potenciador, como momento para la creación y hacia la búsqueda de la transformación al interior del laboratorio.

Cuando mencionamos lo del cambio del lenguaje, de terminología debemos hacerlo en todo sentido sintáctico, semántico y pragmático. Para esto, traemos a colación un ejemplo próximo, el término deriva se ha utilizado en los laboratorios como eje temático, en este sentido ¿qué entendíamos anteriormente por el término “deriva” y qué entendemos ahora?, ¿posee el mismo significado o este se ha transformado, qué significado nuevo posee, no podríamos considerar otra circunstancia para dicho término?, porque la deriva debe hacerse en dos sentidos tanto en la ciudad o en nuestras calles, como en nuestro interior, derivamos por nuestras ideas del pasado y las de ahora, por nuestros pensamientos y recorremos antiguos recuerdos y memorias. Creemos que lo que ahora nos queda es que esas transformaciones tanto en el interior como en el exterior, solo son posibles en la medida que estemos y creamos en otros y con otros y que además nos comuniquemos efectivamente, haciendo del lenguaje mas que un obstáculo una forma para entender y comprender los procesos de aprendizaje y formación que se dan en el otro.